EL ARTE: ESPEJO DE UNA HISTORIA
I-INTRODUCCIÓN
Esta reflexión parte de la lectura del libro Sobre la crítica de
arte y su toma de posición, en general y, en particular de los textos Sobre
la construcción del sentido o contra el arte inocente, de Menene Gras
Balaguer y Una necesidad, de
Manel Clot.
Son varias las cosas que intentaré exponer, como la eterna cuestión de
qué es el arte, su presunta muerte, o el marco en que se desenvuelve.
En este sentido, pretendo enfocar el arte del s. XX como parte de una
Historia ya escrita, pero no como algo muerto por ese motivo, sino como lo que
en realidad es, un periodo enmarcado históricamente y, por tanto, limitado en
el tiempo, periodo que tuvo su inicio, desarrollo y fin, dando lugar a su vez,
a nuevos y sucesivos periodos de, tal vez, similares características pero
diferentes resultados, y distintos entre si, ya finalizados y que, a partir de
determinado momento, lo llamemos arte o no, ya será otra historia que se
escribirá cuando corresponda.
En un principio quería afrontar aspectos como el de belleza, genio,
buen gusto, desde una perspectiva filosófica, pero no he podido extraer por
escrito una exposición coherente, lo que ha convertido mi trabajo en algo muy
personal, no es una crítica, ni un repaso histórico, estoy midiendo mi
capacidad en el abandonado ejercicio de la escritura, pura y simple escritura,
el arte aquí es solo una excusa.
Planteado de una forma subjetiva y, en ocasiones, irónica, que no debe
interpretarse como una falta de respeto hacia nada ni nadie, y sin las convencionales e innumerables citas, típicas
de este tipo de escritos, que, explícitamente, he eludido, (ya que uno de los
aspectos más cuestionables para mi, es esa forma de escribir sobre el arte), he
querido generar un texto de lectura al alcance de cualquiera.
Hay tanto escrito y leído sobre todo esto, que me parece casi
imposible hacer una reflexión decente sin recurrir a esas continuas
referencias, que otros escribieron ya por mi, creo que tengo ideas propias y
claras, aunque, admito, también contradictorias, que pretendo exponer aquí.
Para ello he debido hacer un esfuerzo para digerir un montón de libros
y textos sobre arte y filosofía, y digo esfuerzo porque hace años, por motivos
que no vienen al caso, abandoné el gratificante ejercicio de leer a diario y
leerlo todo, bueno, casi todo, y, aunque probablemente ya habré leído más que
muchos a lo largo de su vida, lo lamento a menudo, ya que he perdido la
capacidad para comprender un texto y, a la vez, la capacidad de expresarme
mediante las palabras, por supuesto
también la capacidad de memoria, de retención lingüística y, lo más
importe, la capacidad de interesarme o entusiasmarme por una lectura, de la
índole que sea.
A pesar de todo ello, algo debe quedar más allá de cuentos y poemas
olvidados en un cajón, y espero saber contestar a alguna de las preguntas que
yo misma me planteo tras esas lecturas, quisiera, sobre todo, saber al
menos como plantearlas.
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