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domingo, 29 de julio de 2012

EL ARTE: ESPEJO DE UNA HISTORIA IV






EL ARTE: ESPEJO DE UNA HISTORIA





IV-CONTEXTO



A pesar de los avances del siglo XX, no debemos darnos demasiada importancia desestimando otras épocas en la historia, el descubrimiento de la rueda, o de la 1ª vacuna, o la llegada de un barco al horizonte sin caer en picado, sin duda debieron representar algo extraordinario en su marco histórico.

El contexto es imprescindible para ubicar el arte, sin su conocimiento no podemos comprender casi nada.


Me gustaría hacerme entender cuando digo desmitifiquemos el arte, y con él también el genio, el artista, lo real, lo imaginario, lo bueno y lo malo, lo verdadero y lo falso, la belleza, el juicio estético ...

Ninguno de estos conceptos tiene sentido si no se observan desde la perspectiva del contexto en el que se producen, por razones obvias, no somos brujos, ni dioses, al menos yo, y, por lo tanto, no podemos afirmar que hubiese pasado con la sola modificación, desaparición o aparición de un elemento en un contexto determinado.


La supuesta revolución del arte de los últimos 200 años, frenética en 100, se produce paralelamente al ritmo de la evolución de la industria, la ciencia y avances tecnológicos, el arte respondió y responde a esos impulsos, me parece inútil, si no es por enriquecimiento personal, seguir dando vueltas y más vueltas a lo mismo.


Los avances tecnológicos no solo revolucionaron nuestro entorno, ha cambiado, entre otros, la concepción del mundo cultural, los medios de comunicación ha acercado tanto a los pueblos, nos ha hecho tan "iguales" que antiguas fronteras ya no se distinguen, no somos oriente y occidente, por ejemplo, ahora nos diferenciamos en ricos (¿desarrollados?) y pobres (¿subdesarrollados?), tal vez dentro de unos años seamos los "buenos" (Europa: una grande y libre) y los "malos" (los norteamericanos, por supuesto), perdón, me olvidaba, y los pobres (los tercermundistas).


Siguiendo con esos avances, que en un pasado aún cercano nos amenazaba con hacernos desaparecer, me ha sorprendido llegar aquí y que no haya pasado nada, como me sorprendió llegar a 1984 y que tampoco pasara nada, bueno se reafirmaban las clases sociales y, de alguna manera, la "tele" sí rige nuestras vidas, pero mi colección de bolas de cristal me resulta ahora sin sentido, ¡hoy 1984 me parece tal lejos y el 2001 tan cerca!.


A pesar de ello, continuamos remontándonos a la filosofía de la antigüedad, bueno, a veces son bastantes modernos, datan de hace solo 100 o 200 años; justificados en su momento, reutilizamos conceptos y pensamientos de otras épocas que no siempre nos ayudan a entender, tal vez porque en algunos casos no sea necesario explicarlo todo, simplemente asumir.



De todas formas, reconozco que en la historia hay siempre algo de regresión al pasado, es normal, no podemos aniquilarlo, y no sé a que le temo más, si a estas regresiones o al futuro, mientras una enfermedad como el SIDA nos ha devuelto a la Edad Media, un loco pretende utilizar el laboratorio para crear clones humanos, en lugar de buscar soluciones a este problema inmediato, los que piden un nuevo genio tal vez estén de enhorabuena.


Escribir es un arte, difícil pero gratificante, una vez ese arte no residía en el empleo de las palabras, en la narrativa, si no en algo, ahora desapercibido, que era el  hecho de saber escribir, la parte mecánica, lo que hacía sabios, doctos o eruditos a los que tenían ese "talento", y es que cada cosa tiene su momento y lugar.


En la diversidad de manifestaciones plásticas se aprecia, al menos,  un factor común, (si no lo hubiera , lo buscaríamos para reconocerlas y justificarlas), es su acoplamiento a los distintos avatares que les tocó vivir, en el fondo esto les resta originalidad.  Por otra parte, al multiplicar indefinidamente los objetos de un deseo (el de ruptura, el de hacer algo distinto a lo anterior), éste pierde intensidad, por eso, con el tiempo tendemos a condensar cosas "pequeñas", que nosotros mismos hicimos individuales, en grandes familias, es decir, que prácticamente quedan reducidas a un 1ª y 2ª Vanguardia y un "últimas tendencias", con muchos "...ismos". 

Quisiera hacer una breve alusión al contexto económico, probablemente y, como siempre, sin la II Guerra Mundial, por ejemplo, no hubiese habido nuevos ricos, y sin estos el arte hubiese seguido otro camino, o no...
Algunos movimientos han querido criticar la importancia del factor económico en el arte, manifestándose con representaciones poco "transportables", perecederas o de mal gusto, para demostrar que el arte puede ser no "vendible" ni manipulable en ese sentido, principio que el tiempo, irónicamente, se ha encargado de contradecir.  Han pasado a formar parte de la "historia" del arte, facilitando su explotación como mercancía, esto no quiere decir que si pudieses, te comprases una de esas obras para el recibidor de casa, algo que sería probablemente indiscutible, por ejemplo, con un Miró o un Rubens.
Reconozco que pensar en una de mis piezas como en la entrada de un ático, me pone los dientes largos, muy, muy largos, con ese pensamiento, al placer de la práctica artística se le añade un placer casi erótico.

Por último, en este apartado una pequeña reflexión sobre el artista, al fin y al cabo él es el receptor y reinterprete del contexto del que hablo.
Ante la obra de otro artista contemporáneo que despierte nuestra admiración, aflora cierto sentimiento de envidia, al menos en mi, por no haber sido capaz de haberlo "visto" antes que él o de haberlo sabido representar así, desearías ser como él, lo cual es contradictorio, uno de nuestros propósitos, si es que tenemos alguno, es el de ser diferentes, por eso buscamos, probamos, a veces rayando el despropósito, en un afán incontrolable de crear, porque en esa creación radicaría nuestra diferencia.
Supongo que es cierto que los artistas, en general, tienen miedo a reconocerse como tales, eso, tal vez, insisto, solo tal vez, implicaría una secreta e ¿inmoral? convicción de que "hay algo divino aquí dentro", o también por el hecho de autodenominarse y reconocerse como artistas, o sea darle carácter de profesión, de alguna manera los convierte como en el pasado en artesanos, y eso, puede ser duro.  

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