V-JUICIO ESTÉTICO (o algo así, y a propósito del crítico)
Si fuese posible dejar un vulgar cristal roto en la orilla del mar, y
recogerlo después de un tiempo, lo encontraríamos transformado, probablemente,
en un bonita piedra mate, con los cantos redondeados y alguna curiosa forma...
Sabemos que si bien hoy una determinada obra de arte es
incuestionable, no lo fue en otro tiempo relativamente cercano, por no
parecerse al arte anterior o vigente, que le negó el derecho a ser considerada
como tal. Eso transformó el arte, la forma de observarlo y escribir sobre él.
A pesar de ello, aún hoy, la
mayoría de la gente, la que no está relacionada directa y
estrechamente al ámbito del arte, sigue sin entender todo lo que no sea, lo que
yo llamo, "Marinas de el corte inglés".
Ante lo que no se ajusta a la marina sigue
preguntado "¿qué es?", y tú, como una estúpida, haciendo gala de tu
mejor sonrisa, aunque el epiglotis te tamborilee, respondes con la tontería
aquella de "¿pero te gusta o no?", cuando en realidad estás pensando
"por favor, mójate, emite un juicio o calla para siempre".
El juicio ...
El hecho de ver una exposición "guiada" ya puede ser un
"lastre", aunque después la retomes y "repases" en soledad,
ya no te puedes deshacer de los comentarios subjetivos de otro, que si bien es
de suponer no navega en tu ignorancia, no tiene porque sentir o experimentar lo
mismo que tu.
El gusto...
Posiblemente, la inquietud interior que nos hace preguntarnos que es
el arte, se manifiesta con más intensidad delante de determinadas
expresiones plásticas que pierden el sentido del "buen gusto",
desde la óptica subjetiva de mi cultura, por supuesto.
Si queremos ser respetuosos ante cualquier expresión artística se ha
de intentar seguir el mismo criterio te encuentres delante lo que encuentres,
es decir, difícilmente se puede observar con "cariño" una columna de
latas, si, previamente, no has roto, suponiendo que los tengas, muchos
esteriotipos, en el sentido estricto y a la vez amplio del arte.
A propósito del crítico...
Para el proyecto de una pirámide egipcia, supongo que intervendrían
varios individuos de diferente condición, pero en la construcción final, al igual que en arte el artista y el espectador, me
parece que solo son dos los tipos de individuos imprescindibles: el que ponía
la piedra y el que decía donde ponerla, no creo que a ambos los consideraran
artistas, aunque cada uno en lo suyo -incluido el "machaca"-
seguramente lo eran.
El crítico se me aparece diciendo dónde y cómo poner las
piedras, con argumentos, a veces, más
que discutibles, y el artista, dejándose
llevar por esos "mandatos", o
pone la piedra o, con ese espíritu de revelación que le caracteriza, hace todo
lo contrario, deja de hacer lo que quiere para hacer lo que el critico no
quiere, con lo cual, de una forma u otra
saldrá perjudicado.
Por otro lado, su forma habitual de escribir, plagada de citas,
referencias, llamadas, entrecomillados, cursivas y terminología, llamémosla,
poco comunes, impide una lectura fluida, si no eres un "cerebrito" lo
tienes mal, para leer un artículo de 1/4 de página en una publicación, necesitas,
al menos y si quieres entender algo, una buena enciclopedia y eso, como el
can-can, en el metro resulta un tanto incómodo, ni que decir cuando en lugar de
un artículo se atreven con un libro, esto, a pesar del tono, me parece muy
serio, ya que impide cualquier acercamiento de los profanos, al arte y al artista, que se suponen son los
verdaderos protagonistas de esta historia, aunque tal vez se trate de eso. (*)
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